El mundo está lleno de
convencionalismos. ¡Qué horror! Lo más triste es que mucha gente no se da
cuenta que realmente está haciendo cosas que de algún modo u otro les “obliga”
la sociedad.
Desde pequeños estamos rodeados
de este convencionalismo social en el que nos hacen creer que venimos a este
mundo para crecer, estudiar, encontrar un trabajo, tener un coche, tener una
relación estable, casarnos, tener hijos y tener nietos. ¿Por qué tiene que ser
así? ¿Por qué no nos enseñan desde chiquitos a ser felices en vez de a pensar
en cosas materiales?
Tendría que existir al menos una asignatura en el colegio en la que
nos ayudaran a afrontar la vida, en la que nos dieran algunos consejos básicos que
no se nos olviden nunca, como es el simple hecho de hacer lo que realmente nos
guste sin miedo a nada.
Está claro que es imposible que desde pequeños aprendamos cómo
comportarnos en la vida, qué hacer y qué no hacer; eso está claro; pero no
estaría nada mal que te recuerden todos los días lo importante que es ser
optimista y tener una sonrisa en la cara a pesar de lo que pueda estar
ocurriendo.
Sé que todavía me queda mucho camino por delante, soy joven, pero tuve
la suerte de darme cuenta de lo importante que es sentirse bien, sentirse
realizado, sentir que estás haciendo las cosas bien. Siempre escuchaba como la
gente mayor decía que la etapa universitaria suele ser la mejor o al menos de
las mejores de tu vida, ¡y qué razón tenían! Estar en la universidad,
independientemente del hecho de hacer una carrera, tiene muchas cosas más a
parte del estudio en sí. Conocés a muchas personas espectaculares, que
seguramente una vez que entren en tu vida será difícil que salgan. También
habrá otras que así como entran salen; de esas no hay que preocuparse
demasiado.
Es precioso poder conocer a gente de todas partes del mundo y saber
que siempre vas a tener un rinconcito más para ir a visitar a viejos amigos y
recordar momentos felices.
Escribiendo esto pareciera que fuera una anciana recordando viejos
tiempo o algo así, pero no, simplemente hoy es uno de esos días en los que me
siento melancólica y necesito expresar lo que siento de alguna manera u otra.
Continuando con el tema del convencionalismo; sólo puedo decir que
tengo que reconocer que yo también me dejo llevar por la sociedad muchas veces.
El consumismo, sin ir más lejos, es muy dañino, pero es difícil también
resistirse a la tentación, al fin y al cabo somos humanos.
No puedo evitar a veces comprarme cosas realmente innecesarias como
maquillaje por ejemplo. Reconozco que no me suele gustar maquillarme; a veces
mi familia o mis amigas me dicen: ¿pero por qué no te maquillás? ponéte más
linda, o cosas así. Recuerdo concretamente un día en el que me lo dijeron
varias veces y no pude evitar ponerme a llorar. ¿Por qué me piden que me
maquille? ¿Tan fea soy? Pero comprendí que no es cuestión de belleza o fealdad.
Ellos no lo dicen por eso obviamente, pero en ese momento es como me sentí. Y
de algo que me di cuenta con el paso de los años es que cuando más linda me veo
es cuando estoy feliz y no cuando más me maquillo. Me costó darme cuenta, pero
por suerte es así.
Los chicos no se maquillan, se
muestran tal y como son, ¿por qué para nosotras tiene que ser diferente?
Consumismo puro y duro.
Otro tema por supuesto es el de
la vestimenta. Sí, hay cosas preciosas para comprar, cosas totalmente
inservibles realmente, pero preciosas y muchas veces es difícil resistirnos,
pero ahí están, existen y seguirán existiendo.
Vivimos en un mundo en el que
muchas veces hacemos cosas que realmente no deseamos, pero sólo lo hacemos por
seguir la corriente, por hacer lo mismo que hacen los demás y no parecer
“raritos”. Mucha gente tarda en darse cuenta de esto, o incluso nunca llegan a
darse cuenta que realmente hay que hacer lo que te dicte tu cabeza o tu corazón
y no lo que te dicten los demás.
Sólo puedo concluir esto diciendo
que hagás lo que realmente quieras sin importar el momento. Si querés cantar,
hacélo, si querés irte de viaje, hacélo, si querés darle un abrazo a tu
compañera de piso, hacélo, si querés ponerte a saltar en medio de la calle, ¡no
lo dudes! ¿Por qué no hacerlo? ¿Por si a alguien le parece raro? Dicho
finamente: que se vayan a tomar aire ;).
buen comienzo!
ResponderBorrarME ENCANTAAAAAAA! :)
ResponderBorrarHas dado en el clavo con el título y el contenido se desenvuelve de forma natural, me ha gustado. Pienso seguir leyendote, Jenni. ¡Mucha suerte con el blog!
ResponderBorrarGracias Bruce :)
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